lunes, 14 de septiembre de 2009

Yo, mí, me, conmigo.

Estoy aprendiendo a ser egoísta. Hoy soy el único astro que vive en mi cielo.

Y aunque duela reconocerlo, me produce un sentimiento placentero dejar de lado mis obligaciones sociales y centrarme en mí. El egoísmo moral me está matando... de gusto.
El burro delante, pa' que no se espante.

Hallarme a mí misma una y otra vez, y otra vez, día sí y día también, y creerme capaz de reconocer cada parte una por una de mi persona, hacer lo que se me antoje, lo que me pida el cuerpo y tener la capacidad de decidir que hoy soy yo la que más me importa... Es, cuanto menos, raro, yo que me creía alguien que disfrutaba de la compañía de la gente. Ahora mi vida antepuesta a cualquier necesidad extraña, con momentos de soledad y autocomplacencia se torna interesante, vívida y ávida de más, por lo menos hasta que deje España atrás.



Flipante mi vida como burro.

1 comentario:

  1. Siempre es bueno disfrutar de uno mísmo y dedicarse unos momentos, incluso en ciertas ocasiones, cuando estás entre mucha gente viene bien ser el centro de atención, aunque sea por una única vez...

    ResponderEliminar